No le hablés más. Ignoralo. Olvidalo. Fingí que nunca existió. Borralo. Perdé todo contacto.
Pero vos no querés.
Odio que hagas esto, casi tanto como odio reprochartelo ¿porqué? por que yo también lo hice alguna vez aunque quizá no lo sepas.
Me siento hipócrita pero no puedo evitar hacerlo, no soporto verte mal y esto es todo lo que puedo hacer.
También odio admitir eso, quiero hacer más pero no puedo... ¿o sí?... No, difinitivamente no puedo hacer eso; no, no puedo hacer más de lo que ya hago. FUCK
Me resigno a reprocharte lo que no debo y a intentar reconfortarme pensando que esto es distinto.
A mí no me lastimaste como él sí a vos. ¿sabes qué? El otro me caía mejor, y eso que también era un forro.
Me di cuenta de algo. En ese sentido somos iguales, te gusta lo complicado igual que a mí.
El conejo blanco no deja de ver con nerviosismo su reloj. Presiente que se acerca la hora en que tu sombrerero te volverá a lastimar, Alicia. ¿No lo vas a escuchar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario